El Museo y Basílica de Santa María de la Victoria, Patrona de Málaga, fue inicialmente una ermita construida en el lugar donde Fernando el Católico levantó su campamento para preparar la toma de Málaga en 1487.
En el siglo XVII la ermita fue sustituida por una iglesia barroca costeada por el conde de Buenavista.
Nos reciben Mª José Zaragoza y Pepe Cueto, éste de la Asociación Zegrí, que nos explican la historia del Museo y nos acompañan en el recorrido por el mismo. No hubiéramos podido tener mejores anfitriones.
La Cripta de los condes de Buenavista es de un tétrico dramatismo. Destacan las yeserías blancas sobre paredes negras que representan la muerte en todas sus formas y maneras lo que le confiere un cierto tono de macabra teatralidad.
En el interior del templo descubrimos el camarín de la Virgen. Construido en planta octogonal, con cúpula y linterna situada a 22 metros es de estilo barroco y rococó con exuberantes yeserías blancas en las que se mezclan ángeles, motivos vegetales, guirnaldas, aves, símbolos marianos y espejos.
El Museo contiene la exposición de enseres de Santa María de la Victoria, entre los que llama la atención un precioso manto de terciopelo azul turquesa y bordado en plata. Se trata de un regalo de la malagueña Anita Delgado, Maharaní de Kapurtala, con motivo de una promesa que le hizo a la Virgen por la curación de su hijo.
La Basílica es de estilo barroco y consta de tres naves. Su ornamentación es sencilla y en ella se pueden admirar preciosas imágenes realizadas por afamados escultores del XVII al XX, como la escultura de la Dolorosa de Pedro de Mena.
La visita al Museo incluye la cripta de los Condes de Buenavista, el camarín de la Virgen, la sala de enseres históricos de la Virgen y un breve recorrido por el interior de la Basílica.
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